martes, 23 de agosto de 2011

UNO DE MIS LOCALES FAVORITOS EN SALAMANCA.

Muy buenas noches, amigos blogueros.

En este nuevo post de mi recién estrenado blog me gustaría hablaros de uno de los locales que más me gustan en Salamanca. Estoy hablando de la cafetería restaurante Abadía Plaza, situado en la Plaza Mayor de mi ciudad.


Ubicación y datos prácticos.

 

Más céntrica imposible. Está situada en plena Plaza Mayor de Salamanca, más concretamente entre el pasaje de la Caja de Ahorros y el arco de la calle Concejo. Como bien podréis imaginar, este establecimiento posee una amplia terraza en el propio ágora salmantina.

- Dirección: Plaza Mayor nº 40.
- Nombre comercial: Cafetería restaurante Abadía Plaza.
- Teléfono: 923.267.328

Decoración.

 

Bajo mi punto de vista, este es el punto fuerte del local. Intentaré ser lo más explícita posible, ya que no tengo fotos de este establecimiento. A mí personalmente no me gusta hacer fotos en este tipo de locales, puesto que me parece que estoy invadiendo la intimidad del resto de los clientes y eso no me parece bien al no gustarme que nadie invada la mía. La que os pongo en la opi está extraída de internet.

Entrando por la puerta principal, a nuestra izquierda nos encontramos con un monje franciscano a tamaño natural (el maniquí es más alto que yo), que nos da la bienvenida al local. Si fijamos la vista arriba, en el techo, unos pocos pasos más allá, podemos ver un arco de medio punto, que le da al establecimiento un claro toque medievalista.


La barra está recubierta con madera en color blanco roto en su parte inferior, presentando varios "cuadros" (aunque no los he tocado aparentan ser de vidrio o algún material similar) que representan motivos medievales, como pueden ser un castillo en lo alto de un cerro o un rey entrando en su castillo a caballo seguido de cerca por sus lacayos.

Por otro lado la barra es larga, y se encuentra situada de frente a la entrada, teniendo forma de L invertida con el lado más largo de la misma hacia la izquierda. En la pared a la derecha de la barra podemos ver dos relojes de estilo antiguo,que funcionan ambos perfectamente, uno de ellos totalmente realizado en forja y el otro también en este mismo material, aunque tan sólo la orla que rodea la esfera. Las botellas se encuentran situadas en una estantería de madera en tonos rojizos en la que resalta el nombre del local en color crudo, separando ambas palabras con una flor de lis.


El local está dividido en dos ambientes claramente separados por una cristalera, en la que se encuentra inscrito el nombre del establecimiento, pudiendo decirse que uno de ellos es el bar y el otro el restaurante, aunque cuando he ido, me he sentado a tomar mi café en la zona que podría parecer está reservada para restaurante y nadie me ha dicho nada. Paso a continuación a explicaros la decoración que podemos encontrarnos en esta última zona.

Al lado de la barra, a nuestra izquierda tomando como referencia la entrada del local, encontraremos los baños, que son amplios y están muy limpios, sin duda los camareros los limpian varias veces a lo largo del día. Otro punto importante es el acceso libre a discapacitados. Con esto quiero decir que no hay ni un sólo escalón, ni en el baño de señoras ni en el de caballeros (esto último me lo confirmó un amigo, por supuesto jeje) por lo que una silla de ruedas puede acceder a los mismos sin problemas. También es cierto que a la entrada hay un escalón, pero es muy bajito por lo que es fácilmente salvable y, si aún así necesitamos ayuda, los camareros nos la brindarán sin problemas (también comprobado personalmente).
En la pared del fondo y a la izquierda del local podemos encontrar un gran "mural" que recubre casi toda la pared. Éste es una especie de mosaico, pero con las piezas muy grandes. A ver si consigo explicarme con claridad. Os pondré un símil. Imaginaos una de esas pantallas de televisión inmensas formadas a su vez por otras mucho más pequeñas. Esta es la impresión que me da a mí este mural. Por supuesto, no son pantallas de televisión pero lo parecen a simple vista. En cuanto a lo que podemos ver representado en el mismo es otro tema medieval. Una abadía al fondo y, en primer plano, a un caballero (que podría ser un templario) montado a caballo y empuñando su espada contra un enemigo que no podemos ver.

En esa misma pared, ya al lado de la cristalera, podemos encontrar un escudo en tonos rojo y negro con una espada cruzando por debajo del mismo. Este trozo de la pared no está "construído" en piedra de Villamayor como el resto del local, sino que deja a la vista el revoco de piedra vista unida con mortero tan típico en épocas medievales.


Para finalizar ya con este largo apartado, y aun siendo consciente de que me dejo algunas cosas en el tintero, sólo me resta deciros que este local posee una amplia cristalera a través de la cual podremos disfrutar de las piedras doradas que conforman la Plaza Mayor de Salamanca sin necesidad de estar en la terraza.

Comida y bebida.

 

Quisiera empezar este apartado diciéndoos que conozco este local, pero sólo como cafetería, nunca lo he utilizado como restaurante. Aún así, una buena amiga y yo estuvimos mirando los precios de la carta porque nos estamos planteando darle una oportunidad para alguna de nuestras cenas mensuales. Os contaré qué vimos.


- Cafetería: Comienzo hablando de lo que mejor conozco, como por otro lado es lógico. El café es muy rico, de lo mejor que he probado en Salamanca, de hecho. Mi amiga se tomó una caña sin alcohol y era grande (no un tubo, pero sí de un tamaño razonable).

El servicio fue rápido, si bien en aquel momento no tenían mucho jaleo en el interior (la terraza estaba a reventar) y atento. Por la consumición que hicimos café + caña sin alcohol pagamos 3,30 € que me parece un precio más que razonable dada la estratégica situación de la cafetería. Deciros que, en otra ocasión he ido sola y por mi café con leche me cobraron 1,40 €, por lo que la caña de mi amiga ascendió a 1,90 €, lo mismo que en otros locales mucho más apartados del centro.


- Restaurante: Poco he de extenderme en este apartado puesto que, como os digo más arriba, no he probado este servicio pero sí nos lo hemos planteado como opción para el futuro. Os cuento lo poco que pudimos ver en este sentido:

La carta es amplia, constando de los típicos entrantes - ensaladas, carnes y pescados, con unos precios que oscilan entre los 10 y los 15 € en local (1,50 € más si nos sirven en la terraza). En mi posterior visita en solitario descubrí que también tienen menú del día: 4 primeros, 3 segundos, agua, vino, pan y postre por 15 € por persona (16,50 € en terraza). No puedo hablar de cantidad y/o calidad, si al final decidimos probarlo, modificaré la opinión para contarlo.

Mi opinión personal.

 

Creo que ya he dejado lo suficientemente claro en el título de mi opinión que este lugar me encanta. De todas las maneras, vamos por partes como siempre.

La decoración es sencillamente preciosa, con una mezcla de modernidad y medievalismo, todo ello rodeado por la dorada piedra de Villamayor. A la entrada del local, nos encontramos con un par de esas mesas altas para estar de pie o sentados en los taburetes de la barra, que a mí personalmente no me gustan nada, prefiero las mesas bajas con sillas normales.


Otro punto a favor del local es la ausencia de barreras arquitectónicas. Como cuidadora de discapacitados, le doy mucha importancia a este tema. Desgraciadamente, son pocos los locales en mi ciudad que no están llenos de obstáculos de todo tipo para las personas con algún tipo de discapacidad física, sobre todo en los baños, y es por eso que en ocasiones pienso que los discapacitados no parecen tener derecho a utilizar los baños en un restaurante.

Como punto negativo, se me ocurre ponerle el suplemento de terraza, con algunas salvedades. Me parece simplemente abusivo cobrarte 1,50 € extra por un simple café, por mucho que la terraza esté situada en la Plaza Mayor. Sin embargo, a la hora del menú, no me parece excesivo puesto que ese mismo te lo aplican por todo el menú para una persona.


Otro aspecto negativo es la situación de la máquina expendedora de tabaco. Está situada a la entrada del establecimiento, a nuestra derecha, poco menos que escondida en un rincón. Si queremos utilizar este servicio y la mesa alta que está al lado se encuentra ocupada en ese momento, no nos quedará otro remedio que molestar a esos clientes para poder disponer de ella. Creo que el local es lo suficientemente amplio como para buscarle un sitio mejor en el cual no necesitemos molestar a nadie.

El servicio fue rápido y atento en todo momento. También me parece importante destacar que, a pesar de lo tardío de la hora (más allá de la media noche), aún tenían una amplia variedad de tapas para elegir, cosa que en muy pocos locales podemos encontrar (quizás en Van Dyck y poco más). Nosotras no tomamos ninguna, acabábamos de cenar, pero su aspecto era realmente bueno.

Conclusión y recomendaciones.

 

¿Recomiendo este local? Sí, pero con alguna que otra apreciación, que paso a relataros a continuación.

Es sumamente aconsejable disfrutar de este establecimiento, pero en el interior del local. Como ya os he comentado, podemos disfutar de la Plaza Mayor de Salamanca gracias a su enorme cristalera, con lo que nos ahorraremos también el abusivo suplemento de terraza.


Poco más que añadir ya. Sólo que si pasais por tierras charras y os apetece disfrutar de un café o una caña en un local de lujo y con unas vistas sencillamente espectaculares, el Abadía Plaza es una de las mejores opciones que podéis encontrar en la ciudad.

Sin nada más que añadir por hoy, os dejo una vista del local desde el exterior (extraída de internet, como ya os dije más arriba).





martes, 16 de agosto de 2011

UN RINCÓN LLENO DE HISTORIA.

Buenas noches a todos, queridos blogueros.

Esta vez me dirijo a vosotros para hablaros del que es mi rincón  favorito con diferencia en mi ciudad. Me refiero, como no, a la maravillosa plaza del concilio de Trento, situada a unos cinco minutos a pie de la archiconocida Plaza mayor de mi ciudad (o incluso menos, diría yo).

CÓMO LLEGAR HASTA ALLÍ.

Es muy sencillo, partimos desde la Plaza Mayor, abándonándola por el arco que los salmantinos denominamos de Paulino y que está situado justo enfrente del Ayuntamiento. Esto nos dará acceso, tras cruzar una calle a la Calle de San Pablo, casi al final de la misma encontraremos esta plaza llena de arte e Historia.


LA PLAZA DEL CONCILIO DE TRENTO.

Esta plaza está dividida en dos partes, separadas entre sí por un pequeño puente de piedra que cruza lo que en tiempos fuera el arroyo de Santo Domingo (hoy seco). Las comentaremos por separado.


1. En la parte exterior, por llamarlo de alguna manera (antes de cruzar el puente) lo primero que nos llama la atención es la estatua de Diego de Deza, que en tiempos de los Reyes Católicos fuera el prior del convento de San Esteban y preceptor del único hijo varón de los Reyes Católicos, que murió en Salamanca en los últimos años del siglo XV víctima de la sífilis.


A nuestra izquierda encontraremos el convento de las Dueñas, perteneciente a la sección femenina de la orden de Santo Domingo. Fundado por Doña Juana Rodríguez Maldonado en 1.419, en un primer momento como un beaterio en el cual se pudiesen retirar las grandes damas salmantinas, motivo por el cual recibió el nombre que os he reseñado más arriba (su nombre oficial es convento de Santa María).

Su exterior no es especialmente impresionante (aunque a mí me gusta mucho), pero guarda celosamente en su interior una de las mayores joyas que tiene esta bella ciudad castellana: su maravilloso claustro que se construyó en 1.533.




2. Pasamos ahora a la parte interior de la plaza objeto de este post. Hay que reconocer que, cuando visitéis este lugar  por primera vez, es muy probable que no os fijeis demasiado en la parte que os he mencionado, ya que vuestros ojos se irán sin remedio a la más que imponente fachada de la iglesia convento de San Esteban, el impresionante monumento que preside esta plaza desde el fondo.

Nos encontramos ante uno de los más bellos representantes del estilo plateresco, destacando por la recargada decoración tan típica de esta tendencia artística. Podemos encontrar entre ella una representación del martirio de San Esteban y un calvario justo encima del anterior. Estos son sólo un par de ejemplos de lo que podemos encontrar en esta portada, pero si nos fijamos con más atención, encontraremos algunos detalles curiosos en ella.

En lo que se refiere al interior del templo, destaca su espectacular retablo obra de Juan José de Churriguera, el templo en sí tiene planta de cruz latina y es el más grande de la capital charra (excepción hecha de las catedrales, por supuesto).

Tiene tres claustros, de los cuales sólo uno de ellos es visitable al estar los otros dos reservados para el uso exclusivo de los frailes que a día de hoy siguen habitando en este lugar. El que podemos visitar es el que se denomina claustro de los reyes o de las procesiones.



¿QUÉ OPINO DE ESTE LUGAR?

Como ya os he comentado al principio, este es mi rincón favorito de Salamanca. Es un lugar que rezuma arte e Historia por los cuatro costados, puesto que fue en este último convento en el que Cristóbal Colón se alojó antes de entrevistarse con los geógrafos de la Universidad para intentar convencerlos de que su viaje a las indias orientales cruzando el Atlántico era algo más que una locura, fruto casi de una mente enferma. A la hora de conseguir su objetivo contó con el apoyo incondicional del anteriormente mencionado Diego de Deza, que fue quien al fin consiguió convencer a los Reyes Católicos de la conveniencia de financiar tal viaje.

Como buena enamorada de la Historia y el Arte, me encanta pasear por este lugar y admirar por enésima vez la fachada de San Esteban, siempre acabo por encontrar un pequeño detalle que en visitas anteriores no había apreciado.




Sin nada más que añadir por el momento, me despido de todos vosotros hasta la próxima. Un beso desde tierras charras.

martes, 9 de agosto de 2011

QVOD NATVRA NON DAT SALMANTICA NON PRAESTAT.

Buenas noches a todos.

En mi estreno como bloguera me gustaría hablaros de una de mis más recientes lecturas. Una de mis grandes pasiones es la lectura, sobre todo si está ambientada como esta en mi querida ciudad, Salamanca. Esta novela tiene el sugerente título de La Cátedra de la Calavera y su autora es la historiadora Margarita Torres.

CONTEXTO HISTÓRICO: LA ESPAÑA DE JUANA LA LOCA.

Quizás debiera modificar el título de este epígrafe y titularlo más bien como la España del Cardenal Cisneros, pero si os parece bien, primero nos ponemos en antecedentes: A la muerte del Isabel la Católica, acaedida el 26 de noviembre de 1504, la sucede en el trono de Castilla su hija Juana, legítima heredera al mismo desde que el príncipe Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos, muriese en Salamanca en los últimos años del siglo anterior.

Durante muy poco tiempo el título de reina que había heredado Juana de su madre fue algo más que un simple símbolo carente de valor o, al menos del poder que debería. Fue sólo hasta el año 1506, cuando su tan adorado como infiel esposo murió de forma prematura, hecho este que motivó que Juana decidiese enterrarse en vida en el castillo de Tordesillas.

Su padre, Fernando el Católico, no se puso al frente del trono de Castilla. En vez de eso, y ocupado como estaba en otros menesteres, tales como la disputa que entonces mantenía con Francia por las posesiones que el reino de Aragón tenía en Italia, ordenó al Cardenal Cisneros, franciscano de pro e inquisidor, que se pusiese al frente del reino de Castilla actuando como regente, pero con lo que no contaba el catolicísimo Fernando (ya un anciano, por aquel entonces) era con que la gran rivalidad existente entre la Universidad de Salamanca (niña mimada de la difunta Isabel) y la de Alcalá de Henares, favorita indiscutible de Cisneros, pudiera interferir en asuntos de Estado, como así fue.

Francisco Jiménez de Cisneros nació con el nombre de Gonzalo, lo cambiaría años después, al entrar en la orden de los franciscanos, en honor a San Francisco de Asís, fundador de la misma. Confesor y confidente de Isabel la Católica fue nombrado primado de España (la persona más poderosa del reino después de los propios reyes) y regente del reino de Castilla desde 1506 hasta 1517, murió aquel mismo año en la localidad de Roa, cuando se disponía a partir a recibir al próximo rey, el que sería conocido como Carlos I de España y V de Alemania, hijo de la reina Juana.

FICHA TÉCNICA.

Formato: Tapa dura, 416 páginas.
Género: Novela histórica.
ISBN: 8484608735
Editorial: Temas de hoy.


PERSONAJES MÁS RELEVANTES DE LA OBRA.



- Isabel de Vargas - Pedro Bravo: Principal protagonista de la obra.Isabel escapó de casa de sus padres huyendo de un matrimonio impuesto por su progenitor. Ciertas circunstancias acaecidas a su llegada a Salamanca exigen que se convierta en Pedro Bravo, bachiller extremeño que supuestamente acaba de graduarse en Bolonia.

- Luisa de Medrano: Prima de la anterior. Esta mujer, alumna aventajada de Antonio de Nebrija, fue la primera mujer de la historia en impartir cátedra en la Universidad de Salamanca (o en cualquier otra, si no estoy mal informada) dejándola el propio Nebrija a cargo de su cátedra cuando Fernando el Católico reclamó su presencia en la corte.

- Antonio Pimentel: Estudiante de medicina de la Universidad. Pedro Bravo se alojará en su casa durante un tiempo. El motivo por el cual no se ha graduado aún en la Universidad no es la ausencia de conocimientos, sino más bien su condición de bastardo.

- Fray Bernardo: Catedrático de astronomía de la Universidad de Salamanca. Su costumbre de hablar solo le costará muy cara.

- Rodrigo Maldonado: Rector de la Universidad de Salamanca. Se empeña en ocultar la sangre conversa de sus antepasados.

- José del Palacio: Maestrescuela de la Universidad. La persona más poderosa en ella tras el propio rector. Durante el transcurso de la novela, deberá enfrentarse a su pasado, aún más turbio que el del rector.

- Fray Juan Ruiz de Montes: Inquisidor, nombrado por el Cardenal Cisneros para que limpie de mujeres y herejías la Universidad de Salamanca. A su llegada a Salamanca se ve involucrado en los asesinatos que asolan la ciudad.

- Fray Álvaro de San Emiliano: Dominico asistente del anterior. Padece el que los españoles llaman el mal portugués y los portugueses el mal español (la sífilis).


- Fadrique Enríquez: Sobrino del almirante de Castilla. Este estudiante le pide matrimonio a Luisa de Medrano, que lo rechaza por motivos de trabajo, pidiéndole que esperase a la vuelta de su maestro.
Estos son los personajes más importantes de la novela, aunque no todos. Como siempre, para conocer al resto debereis leerla je je je.

ARGUMENTO.

Salamanca, corre el año del Señor de 1509 cuando un desarrapado llama a las puertas de Doña Luisa de Medrano. Tal mendigo resulta ser Isabel de Vargas, que busca refugio en casa de su prima tras huir de su casa en un desesperado intento de evitar un matrimonio de conveniencia que su padre había concertado para ella.

Los acontecimientos se precipitan, el asesinato del catedrático de astronomía de la Universidad y el anuncio de la llegada a Salamanca de fray Juan Ruiz de Montes, en calidad de visitador real y tío del novio burlado, obligan a Luisa a negarle la hospitalidad que en un primer momento le ofreció, quedando como única opción posible que la recién llegada se convierta en el joven Pedro Bravo, bachiller en Artes y Medicina, de origen extremeño y recién llegado de Bolonia.


Los asesinatos se suceden, sumiendo a la Universidad de Salamanca en el más profundo caos, teniendo todos ellos un punto común: En la pared sobre la que descansa el cadáver, aparece un víctor pintado con la sangre de la víctima.
 
No me alargaré mucho más en este apartado, porque he de confesaros que no sé qué más contaros sin destriparos la novela, cosa que por descontado no haré. Tan sólo deciros que la integridad de los reinos de Castilla y Aragón corrieron serio peligro a causa de los tales crímenes, al ser robados de las habitaciones de la primera víctima unos papeles que comprometían seriamente la política de Indias.

QUÉ ME HA PARECIDO ESTA OBRA.

Dado el tremendo parecido de ambas novelas no me resisto a hacer una breve comparativa del libro objeto de esta opinión con El manuscrito de piedra, de José Luis García Jambrina.

Mientras el ilustre zamorano nos enseñaba en su obra el lado más amable de la Universidad, centrándose sobre todo en los inquilinos del colegio de San Bartolomé, Margarita Torres prefiere mostrarnos la parte más canallesca de la misma, poniendo a los anteriores como unos verdaderos señoritos incapaces de hacer otra cosa que no sea dejarse robar las bolsas por los estudiantes más pobres, de hecho apenas si aparecen.


Novela extraordinariamente ambientada en una época convulsa y extremadamente cambiante, en la que el humanismo procedente de Italia utilizó la Universidad de Salamanca como vía de entrada en España, como siempre atrasada en estos temas.

CONCLUSIÓN.

No quiero extenderme mucho más en esta opinión. Tan sólo me queda recomendaros la lectura de esta pequeña joya, que  descubrí de forma totalmente casual en la librería Cervantes de Salamanca. Los 21€ que me costó fueron, desde luego, una muy buena inversión. Su final os sorprenderá.